viernes, 6 de diciembre de 2019

No habrá gobierno


No habrá gobierno en los próximos días.


Como si yo fuera una pitonisa que predice el futuro acariciando la bola de cristal, a Dios pongo por testigo...  que no habrá gobierno los próximos días en España. Aquí lo dejo, toma ya!

Espero equivocarme.

Este futuro tan oscuro que visualizo, sólo puede ser fruto de la absoluta desesperanza y de la desconfianza que me provocan los partidos políticos, sin distinción de colores, claro que sí. Todos y cada uno de los políticos que esta semana han constituido el Congreso de los Diputados, desde los que he votado con una pinza en la nariz, hasta los que no comparto su ideología, y está claro, incluso los que odio, sí los odio, hasta lo más profundo de mi ser, porque ahora sí hay políticos que odio, todos me provocan desde tristeza y frustración hasta ira.


¿ Que me ha hecho llegar a esta conclusión, errónea espero, sobre la falta de gobierno y, de paso, unas nuevas elecciones? La reflexión a la que llegué hace unos días sobre la amistad.


Tengo tres amigas que conservo desde los primeros cursos de EGB, sí, de cuando había EGB, BUP y COU. Aquí el desocupado lector joven deducirá con estas siglas que pertenezco a la época de los dinosaurios.


Me considero muy afortunada de tenerlas como amigas y que ellas también me consideren. Evidentemente que a lo largo de todos estos años hemos tenido temporadas que no hemos coincidido mucho,  por diferentes circunstancias (matrimonios, trabajos, hijos), pero siempre hemos intentado encontrarnos, a pesar de vivir separadas. Hay determinadas fechas del año que son sagradas para nosotras, y, o bien solas, o con las parejas o familia, nos encontramos. En los últimos años, las cuatro hemos hecho escapadas solas tan de moda a partir de los cuarenta años. Siempre que vuelvo de una viaje de estos constato la suerte que tengo. Regreso a casa como si hubiera hecho terapia de grupo, después de convivir cuarenta ocho horas seguidas con ellas. Realmente, el concepto “buena persona” se inventó pensando en ellas.

Las tres están involucradas directa o indirectamente en la política municipal de su pueblo, y en partidos políticos de diferente ideología, lo cual me enorgullece como amiga y como ciudadana. Siempre he pensado que los concejales y concejalas de pueblo son el último mohicano de la auténtica política, entendida como la búsqueda del bien para el ciudadano y no para el partido.


Pues bien, desde el día 1 de octubre de 2017, fecha del inicio de una época bastante convulsa para Cataluña, fecha en que la política, quisieras sí o sí, entró en las casas de todas las familias catalanas para quedarse a la mesa del comedor, no hemos tenido nunca una conversación profunda del fondo de la cuestión. Sí que hemos comentado muchas veces la situación de los presos políticos, de los exiliados, del partido de ultraderecha, de las manifestaciones independentistas en Bruselas y Madrid, en que algunas de ellas han participado, etc. Pero no hemos entrado nunca a opinar sobre el tema de fondo, que en definitiva es hablar sobre política.

Si podía haber un ejemplo de personas razonables y sensatas para debatir sobre auténtica política, éramos nosotras cuatro. Y no lo hemos hecho. No me había dado cuenta hasta ahora, por eso la entrada de hoy. Estoy convencida que a pesar de tener diferencias ideológicas, sí que tenemos muchos puntos en que coincidimos. Pero no lo hemos hablado nunca. No tengo ni idea del motivo. O puede que lo llegue a imaginar, y puedo estar equivocada, en los motivos de cada una. Así ha sido siempre que hemos sido las cuatro juntas, ya sea visitando la exposición de flores de Girona, colgadas en el teleférico de la isla de Capri, zampando pizza en Nápoles, o paseando en coche de caballos por Sevilla como unas auténticas turistonas. Las cuatro hablando de los hijos, de la vida, de los trabajos, de enfermedades, del dolor de la pérdida de nuestros padres... pero de política de nada.



Si nosotras cuatro no nos hemos atrevido a debatir sobre el fondo de la cuestión, o no lo hemos creído conveniente o yo que sé, pero no lo hemos hecho, no espero en absoluto que políticos, que en definitiva viven de mantener la tensión y las diferencias entre ciudadanos, puedan llegar a tender puentes y a llegar a acuerdos para formar gobierno.


De aquí mi frase de inicio de la entrada de hoy.



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