sábado, 22 de enero de 2022

TESTIMONIOS COVID 2022


Pareja jubilada

Me encontré a mi amiga con su marido realizando las últimas compras de Navidad. Me explicó que toda su familia había sufrido la enfermedad hacía varias semanas. Ella estuvo a punto de quedar ingresada en el hospital por problemas respiratorios; todo eran entradas y salidas por Urgencias aquellos días. A su marido le habían quedado secuelas  les costaba respirar, a pesar de que ya había transcurrido más de un mes desde que se contagiaron. Ellos dos sabían perfectamente quién los infectó y dónde: en un entierro y por el hijo no vacunado del difunto ( en los pueblos todo el mundo se conoce). Este hombre abrazó todo el mundo en la salida. Me diréis que se podía haber rechazado el abrazo. Yo os digo que no. A ver quién en un entierro niega un abrazo al hijo de una persona muerta. Yo he tenido que ir a uno durante estos meses de pandemia y reconozco no se puede rehuir el abrazo, porque en aquel momento lo necesitábamos los dos. Esta persona antivacunas contagió en el entierro a seis personas, entre las cuales mi amiga. El sujeto origen de la infección también acabó en la UCI. Según parece no se vacunará, ni tiene ningún cargo de conciencia del mal ocasionado a tantas  familias.

Conclusión: No ir a entierros, (si se puede) y huir de los antivacunas.


Mi amiga también es defensora de la sanidad pública catalana, con todos los sus defectos. Sus consuegros son búlgaros (EU) y le han explicado el drama que se vive en aquel país. El sistema hospitalario de Bulgaria es de co-pago: el enfermo paga las medicinas, los pijamas, la comida del hospital... A partir de los 80 años, si se te ha ocurrido estar vivo todavía, quedas fuera de la protección sanitaria pública. Solo está vacunada el 20% de la población. Es un país pobre y los ciudadanos pagan unos trescientos euros por ... la vacuna.(?) no...: para obtener un certificado de vacunación falso. 

Conclusión: No me quejaré de la sanidad catalana y ya no miraré al guapísimo príncipe Kyril de Bulgaria, en la revista HOLA, con los mismos ojos. ( Que no presuma de palacio en Londres, de vacaciones en Mallorca y de mujeres guapas, mientras su pueblo sufre)


Madre de "vacaciones" en Londres

Mientras tomábamos un café en casa, esta amiga me explicó sus aventuras en Londres durante las vacaciones de Navidad.  Viajó con sus dos hijas junto con sus padres para celebrar las fiestas con su hermana y la familia que vive allá. Para poder pasar el control del aeropuerto de Londres tuvo que hacerse una PCR, llevar un test de antígenos de España, y hacer dos días de cuarentena. Cuando llegó a casa de su familia, resultó que estaban todos infectados de covid, y no lo sabían. Curiosamente, mientras hacían la cuarentena de dos días,  y esperaban el resultado de la PCR del aeropuerto, se contagió toda la troupe de Girona. Pasaron las vacaciones confinados en un piso de Londres, mientras que, como en una broma de mal gusto, le llegaba el resultado de la PCR negativa realizada al aeropuerto de Londres. Otro dato interesante: no consta en ninguna base de datos que se hayan contagiado seis personas: no fueron al médico, ni en Londres, ni aquí en Cataluña cuando llegaron, puesto que se encontraba bien. 

Conclusión: Los controles impuestos a los aeropuertos ( por carretera no hay ni uno) y las cifras de contagios está claro que se sacan de un bombo.


Padre separado alocado

Haciendo deporte con una amiga, esta me explicó lo que le había pasado a una trabajadora de su oficina. Su expareja fue a recoger la hija que tienen en común el día de Reyes. A pesar de que la madre advirtió a su exmarido por teléfono que la niña había dado positivo en el test de antígenos, él se la llevó porque según el convenio le tocaba aquel día. Y no solo esto, sino que la llevó a ver los abuelos a buscar los juguetes. 

Conclusión: Había que pagar por un test de antígenos

Jóvenes de la comarca de Osona

Como que las discotecas de Cataluña estaban cerradas, un grupo de jóvenes de Osona, amigos de mi hijo, fueron a Valencia para pasar el fin de año porque las discotecas allí están abiertas. (la antigua ruta del Bacalao?) Se infectaron todos los chicos y cuando volvieron a casa, contagiaron toda la comarca con esta variante vírica valenciana.

Conclusión: No hay que ir a Valencia a contagiarse. El cierre de salas de fiestas y discotecas en Cataluña solo ha servido para que los jóvenes catalanes se jueguen la vida a la carretera.


Marido de una compañera de trabajo

El marido de una compañera de trabajo de Lleida, no vacunado, ha muerto estas fiestas de Navidad de covid. No puedo decir nada ante esta triste noticia, porque parece que no hay muertos con esta variante Omicron,  pero sí.

Conclusión: No puedo dejar de pensar en mi compañera. No sé si se siente responsable por no haber convencido a su marido de vacunarse. 

Periodistas no profesionales

Con las cifras de ocupación de las UCI, los periodistas pierden una gran oportunidad de constatar la eficacia de las vacunas para convencer a los anti-vacunas. Informan: "El 80% de las UCI son de no vacunados y el 20% de vacunados ".Este dato no es relevante ni aporta ninguna información de interés. Habría que dar los datos sobre el número de personas vacunadas con la pauta completa (90% de la población española). Sobre este 90% de población vacunada queremos saber el porcentaje de ocupación UCI,  el cual es infinitamente inferior al porcentaje de ocupación sobre 10% de población no vacunada. La diferencia sería abismal y pondría de manifiesto la importancia de vacunarnos todos, mas que nada por no acabar en la UCI. 

Conclusión: Más porcentajes y menos número de camas ( tampoco sabemos cuantas camas UCI. hay en España para saber cuantas quedan libres para las otras enfermedades).


Madre de tres hijos pequeños, uno de los cuales enfermo de covid. 

Una compañera de trabajo me ha comunicado por teléfono que la hija de 10 años se había contagiado del *covid en el colegio. Teletrabaja y además tiene los otros dos hijos confinados a casa. Está indignada porque en la escuela ya se sabía que había tres niños con covid la semana pasada, pero como que la normativa es esperar hasta que haya cinco niños para confinar la clase, pues durante toda la semana su hija ha ido a colegio hasta que ha habido 10 niños infectados. 

Conclusión: Educación instaura protocolos para dar la impresión que algo se está haciendo, pero esto es como un tsunami imparable. 


Compañera de piso de mi hija

Una chica joven, enfermera, compañera de piso de mi hija, intenta seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias al máximo porque se siente responsable del trabajo que hace con sus pacientes en el hospital. De tal manera que no comparte cenas ni hace vida con las compañeras de piso, ni con otros amigos fuera de casa. Ha reducido las relaciones sociales al mínimo. Lo está pasando francamente mal por llevar la profesionalidad al máximo.

Conclusión: Ella también es un daño colateral de esta pandemia y que no se contabiliza.


Cuñada de una compañera de trabajo

Haciendo un "*TEAMS" con una compañera de trabajo, me explicaba que su cuñada es negacionista, pero no solo antivacunas, sino también anti-test y anti-confinamiento. A pesar de haber tenido contacto directo con personas con covid, no se ha hecho la prueba de antígenos. Ella dice que no le hace falta puesto que se encuentra bien, y por tanto hace vida normal. Añade que si se encontrara mal haría exactamente igual que con un constipado o gripe. 

Conclusión: Si algún familiar mío ha d'entrar en la UCI  y no puede porque no hay camas libres, ocupada de personas no vacunadas, que recen estas, porque las buscaré y volverán a entra en la UCI , ( si es que hay plazas) pero no por covid...


Perrymason

Mientras me inyectaban la tercera dosis de la vacuna, tengo que confesar que una sensación extraña como de cabreo me invadía el cuerpo junto con la sustancia. Temblando de fiebre como nunca por los efectos secundarios y seguramente por el enfado con que me la puse, he dudado si había hecho bien en vacunarme de la cuarta dosis. Nadie me ha informado ( aparte de La Vanguardia y El país) del motivo por el cual me tenía que poner una tercera dosis, mientras enÁfrica, por ejemplo, origen de la variante Omicron, no han puesto ni la primera. Sabía perfectamente que esta vacuna no servía para evitar contagiarme de la nueva variante. Todo esto me llevó a coincidir con los antivacunas en que aquí hay intereses de las farmacéuticas mezclados con la necesidad de solucionar el problema que ha creado la variante Omicron. No sé a estas alturas si me pondré la cuarta dosis, la verdad. Pero negándome, aparte de compartir las ideas reaccionarias de los antivacunas, dudaré sobre si estoy haciendo lo correcto o no. Tengo ansiedad solo de imaginarme cómo será la celebración del fin de año 2022, si habrá otra variante, si llevaré cuatro dosis o cinco. Tengo la sensación nadie controla nada. Las autoridades sanitarias y políticas no tienen ninguna plan por si se presenta otra variante. Asumo con cierta desesperación que a estas alturas nadie sabe cómo evolucionará la pandemia. Quizá lo que hay que hacer es vivir el día a día, cuidarnos, y si nos contagiamos, pues esperar no acabar a la UCI. 

Conclusión: Da mucha pena llegar a esta tonta conclusión después de lo que hemos pasado y sufrido.