jueves, 16 de febrero de 2017

Nuestra casa, vuestra casa

El sábado pasado TV3 retransmitió en directo, desde el Palau Sant Jordi de Barcelona, "El concierto para las personas refugiadas" impulsado por la campaña "Nuestra casa vuestra casa".

Antes de las actuaciones musicales, emitieron diversos testimonios de personas refugiadas, como el de un abuelo sirio. Sorprendentemente aquel señor mayor aseguró que no entendía nada de lo que le estaba pasando: un día estaba vendiendo ropa en su parada del zoco, y al día siguiente estaba huyendo de la ciudad porque la estaban bombardeando.

En 1936 mi abuelo Teodoro también vivió una guerra. El testimonio del abuelo sirio, que por cierto se parecía mucho físicamente a mi abuelo Teodoro, delgado, poco cabello, ojos hundidos, era el mismo que yo recordaba que él explicaba sobre la guerra civil en España. A mi abuelo se lo llevaron de su casa en 1936 porque tenía que luchar contra los nacionales, que se habían amotinado. Estuvo tres años fuera de casa y afortunadamente volvió.

Precisamente hoy he leído una entrevista a Javier Cercas  en La Vanguardia a raíz de la promoción de su nuevo libro. Este trata de la biografía de su tío abuelo que murió en la Guerra Civil por sus ideales falangistas. Nada más lejos de la vida de mi abuelo.

Al contrario de lo que piensa mucha gente sobre la guerra civil española, muchas personas sencillas de los pueblos de España, pobres y sin estudios, lucharon en esa guerra casi sin saber por qué ni contra quién. Les dijeron que era su deber, y lo cumplieron. Pero de la misma manera que el abuelo refugiado, y a diferencia del tío de Javier Cercas, mi abuelo nunca entendió del todo los motivos de aquella guerra. Y como él, tanta y tanta gente de los dos bandos de aquella España.

Si estuviera vivo mi abuelo le diría que pertence al mismo bando que el del refugiado sirio y su familia: del de los inocentes que sufren las consecuencias de las guerras que provocan otros con otros intereses. Son daños coalterales en los conflictos que en el fondo no importan a esos hombres de Moscú,Washington o Palmira.

Ya sé que es un discurso bastante simple, pero es lo que siento hoy, y lo siento como una verdad como un templo.

Algunas personas me han dicho esta semana que no servirá de nada ir a la manifestación del próximo sábado en Barcelona. He leído artículos periodísticos en el mismo sentido.  Nos critican a los que nos manifestaremos con el argumento que lo hacemos por nosotros mismos, para tener la conciencia tranquila, a parte de la inutilitdad de manifestarse. Seguramente tienen algo de razón.

Pero nuestros políticos incompetentes quieren que nos quedemos en casa: les gustamos un poco anestesiados y que les votemos cada 4 años; ( 0.80 cèntimos por papeleta). No nos necesitan para nada más. 

Sí, quiero acoger, como clama la campaña, en nombre de nuestros abuelos que sufrieron una guerra injusta, (y una posguerra peor por cierto), y de los abuelos que la están sufriendo actualmente, y después del sábado también.

Os adjunto el enlace para ver el concierto del sábado en TV3alacarta: Jordi Évole consigue emocionarnos.

http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/concert-volemacollir-solidaritat-amb-els-refugiats/jordi-evole-la-barreja-ens-fa-millors/coleccio/8290/5650315/

Milicianos, de Robert Capa (*)
La guerra civil española
(*)  ¿Quien sabe si uno de ellos es Teodoro Romero Díaz?

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